Migración a la nube y el legado del COVID
Como continuación a nuestro Informe de investigación sobre la nube 2022, queremos explorar algunos de sus matices con más detalle. En este artículo vamos a hablar sobre el impacto de la reciente pandemia en la migración a la nube y preguntarnos si existe una división realmente significativa entre fast adopters y slow adopters.
La pandemia aceleró los planes de transformación digital de las empresas de la noche a la mañana. Uno de los motores de este cambio fue la necesidad de proporcionar a los trabajadores en remoto un acceso inmediato y eficaz a las aplicaciones esenciales.
Alrededor del 38% de los encuestados declararon que sus proyectos hacia la implementación de la nube se precipitaron con la pandemia. Muchos afirman que se vieron forzados a revisar o incluso replantearse por completo sus planes de la nube existentes. Sin embargo, un 31% señaló que el COVID había frenado su impulso hacia la nube.
La encuesta reveló una separación geográfica, con un marcado contraste entre el norte y sur de Europa. En Reino Unido, Francia y Alemania son más los encuestados que afirman que la migración a la nube se ha ralentizado con la pandemia, una situación que se refleja en Singapur. En España e Italia, por el contrario, la migración a la nube se aceleró con el COVID, al igual que en Japón.
Cuando las respuestas se dividen por sector en vez de por nacionalidades, todo cambia. Quizá no es sorprendente que el sector viajes, el de transportes y la industria logística ralentizaran sus movimientos en la nube durante la crisis sanitaria. Los medios y la industria del entretenimiento reflejaron el mismo patrón. Por otro lado, las empresas de infraestructura digital siguieron adelante con sus planes de la nube, aunque con estrategías revisadas, al igual que los fabricantes, mientras que los servicios financieros y el retail se dividieron entre fast adopters y slow adopters de la nube.
La preocupación que suscitan todas estas cifras es evidente. La pandemia ha creado una carrera de migración a la nube de doble sentido: algunos la han aprovechado para adelantarse a sus rivales, mientras que para otros ha sido la causa de un arriesgado parón. ¿Les resultará difícil a aquellos que se han quedado atrás ponerse al día? ¿Qué precio pagará la economía digital a nivel global por este abismo entre “rápidos” y “lentos”?
Hay opciones para aquellos que ralentizaron su ritmo pero quieren ponerse al día. El primer paso consiste en reforzar el compromiso con la migración a la nube de toda la organización desde la cúpula directiva hasta la base. Lo siguiente es desplegar la infraestructura que les permita llegar hasta el punto donde deberían estar. No es el momento de quedarse estancado mientras los competidores continúan avanzando en la migración a la nube.