MiFiD II Algoritmos de negociación
Mejora de las pruebas de los algoritmos de negociación
Todo el mundo ha oído hablar del tristemente célebre “flash crash” que se produjo el 6 de mayo de 2010. Entonces los mercados estadounidenses cayeron cerca de un 10 % y se recuperaron casi de inmediato. Lo cierto es que estos “flash crash” ocurren todo el tiempo en los mercados del mundo entero. No obstante, no son tan acusados como el de mayo de 2010 y, en consecuencia, pasan más desapercibidos.
Muchos sospechan que uno o varios algoritmos de negociación de alta frecuencia (HFT) son los responsables de estos ”crashes” por uno de estos dos motivos:
- Los algoritmos son esencialmente imperfectos por naturaleza
- Aunque uno o varios algoritmos presenten un funcionamiento estable por separado, puede que generen errores y anomalías al interactuar con otros algoritmos y/o con las operaciones normales del mercado
Los algoritmos ejecutan negociaciones automáticamente sin ninguna intervención humana. Las empresas de HFT los utilizan asociados a conexiones ultrarrápidas y con una latencia ultrabaja para generar rendimientos mediante la venta o compra rápida de valores varias veces en un intervalo de tiempo muy reducido (con frecuencia en diminutas fracciones de un segundo).
Pero los algoritmos no se utilizan únicamente para la negociación de alta frecuencia. Las empresas también diseñan algoritmos que compran, venden o intercambian valores automáticamente cuando se dan unas condiciones del mercado concretas que podrían producirse únicamente una vez al mes, al trimestre o al año. Por ejemplo, una empresa de negociación podría elaborar un algoritmo que vendiera una cartera completa cuando el FTSE 100 alcanza un valor de 7000. No se trata necesariamente de una negociación de alta frecuencia (de hecho, probablemente no lo sea), ya que la venta de una cartera puede tardar unos segundos en llevarse a cabo electrónicamente.
En primer lugar, MiFID II establece que las empresas que empleen cualquier tipo de algoritmo (no solo los de alta frecuencia) deberán llevar a cabo sus propias pruebas para demostrar ante las autoridades reguladoras que estos no causarán ninguna alteración en los mercados y que no presentarán anomalías de funcionamiento en condiciones adversas.
En segundo lugar, las bolsas y otros centros de ejecución deberán contar con medios que permitan a las empresas de negociación algorítmica usuarias “poner a prueba” el funcionamiento de sus algoritmos en relación con el mercado y otros algoritmos en un entorno que simule condiciones de negociación reales. Esto es de vital importancia, ya que podría darse el caso de que un algoritmo que supere pruebas independientes solo, de manera aislada, presente un funcionamiento incorrecto o anomalías al interactuar con otros algoritmos (simulados) o con cualquier otra actividad de negociación en una simulación en directo. Los supervisores del mercado creen que algunos algoritmos que aparentemente habían funcionado correctamente de forma aislada en las pruebas, interactuaron de forma incorrecta entre sí cuando se lanzaron al mercado real, provocando el colapso relámpago de mayo de 2010.
Las empresas de negociación algorítmica tendrán que someter sus algoritmos a estas pruebas con una frecuencia anual y también siempre que realicen cambios “importantes” en el funcionamiento de los algoritmos.
Las empresas HFT ya prueban sus algoritmos con regularidad, reproduciéndolos con bancos de datos históricos para recalibrar y ajustar con precisión parámetros o códigos concretos. Los requisitos de MiFID II les exigirán que demuestren que han cumplido sus nuevas obligaciones de ensayo, tanto de manera aislada como en combinación con el mercado de ejecución pertinente en una simulación de las condiciones del mercado en directo. Las empresas que no llevan a cabo negociaciones de alta frecuencia y que emplean algoritmos también tendrán que cumplir estas obligaciones.
La UE no es la única región que está emprendiendo medidas para regular las negociaciones algorítmicas. En Estados Unidos, los organismos que regulan el mercado están adoptando reglamentos similares para las negociaciones algorítmicas, aunque puede que su legislación no vaya tan lejos como la versión europea. Sin embargo, en Asia Pacífico, y por el momento, parece poco probable que se adopten muchas normas en relación con los algoritmos, ya que las oportunidades entre mercados en esta región son mucho más limitadas. Además allí no existe ninguna unión política panregional consolidada equivalente a la de la UE que pueda promulgar leyes sobre los actores del mercado.
La solución más práctica para los operadores de algoritmos (HFT o no) pasa por recurrir a entornos de prueba independientes que simulen las condiciones del mercado reales.
En Colt anunciamos a principios de este mes la incorporación de TraderServe, empresa dedicada a la consultoría y distribución de software y equipos, a PrizmNet, la extranet de servicios financieros de Colt que conecta a los proveedores de contenido financiero con las empresas de los mercados de capitales. TraderServe proporcionará acceso a Algoguard, su motor de prueba y validación de algoritmos, a través de PrizmNet. AlgoGuard estará disponible para todos los actores de los mercados de capitales, con independencia de su ubicación en el mundo, que necesiten poder demostrar que cumplen los requisitos de pruebas de algoritmos establecidos en MiFID II.
Llevando a cabo una serie de pruebas activas con regularidad, las empresas HFT pueden demostrar independencia y auditabilidad ante las autoridades reguladoras, además de ajustar y efectuar los cambios necesarios en sus algoritmos en un plazo muy breve.