El Futuro y el Edge Computing
Ya hemos hablado en otras ocasiones del 5G y la revolución que va a suponer para las infraestructuras de red y todos los dispositivos que se conectan a ellas. Su llegada coincidirá con un mayor despliegue del Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés), que comportará un incremento notable de la cantidad de datos que se enviar a los data centres que procesan la información cloud.
Aunque la cantidad de datos que enviarán los dispositivos IoT será reducida, al acumularse su número en los miles y miles de unidades se conseguirá un volumen de tráfico inmenso. Esto puede llevar a un problema y es que tal cantidad de datos puede resultar un problema de gestionar si los dispositivos dependen enteramente de la nube.
Si los dispositivos IoT se limitan a ser meros emisarios de información y recibir instrucciones posteriormente por parte de un servidor, el centro de datos al que se conecta deberá ser capaz de recibir, procesar y enviar una respuesta de forma ágil. Este sería un sistema con un cierto margen de mejora.
Pero, ¿qué pasaría si aligeramos la carga para los servidores analizando los datos que van de camino a este? Ahí es donde entra el Edge Computing, que promete ser una respuesta viable a esta problemática, capaz de agilizar la cantidad de información que se transmite a los servidores.
La clave de esta tecnología pasa por descentralizar el procesado de la información y facilitar que sean los propios nodos de red que van transmitiendo la información desde el emisor hasta el data centre final. De esta forma la carga de trabajo de los servidores disminuiría, agilizando las gestiones y minimizando los tiempos.
La baja latencia y mayores velocidades que promete el 5G serán un gran avance con respecto al status quo actual, pero nunca está de más no depender únicamente en estas dos características. Por ello el Edge Computing promete ser una buena manera de agilizar la transmisión de datos en el entorno IoT.