Fintech y la transformación del sistema financiero
El año de las fintech y la transformación del sistema financiero actual
Tras varios años de exitosa expansión, las fintech han logrado consolidarse en el panorama socioeconómico actual. Si bien algunas personas todavía desconocen su significado, es muy probable que hayan hecho uso de esta tecnología en su día a día ya que engloba todos los servicios financieros que se sirven de la tecnología para ofrecer una mejor experiencia de usuario, de hecho, el mismo término fusiona las palabras anglosajonas finance y technology (finanzas y tecnología). Este auge, sobre todo, es evidente si apreciamos la aparición de startups financieras dedicadas a facilitar nuestras gestiones y que han puesto en jaque el sistema bancario tradicional. Los cambios tecnológicos y el afianzamiento de los usuarios en el entorno digital apuntan al 2018 como un año clave para las fintech como nuevos agentes del cambio en el sector financiero.
Si los usuarios son los más beneficiados por la innovación de las fintech y la aplicación de nuevas tecnologías a sus finanzas, los bancos son los que con más recelo las han acogido ya que les obliga a adoptar nuevas fórmulas para ofrecer el mismo servicio o similar. La adopción de nuevas tecnologías por parte de las startups no hace más que incrementar las expectativas de los usuarios cada vez más exigentes. Sin embargo, actualmente la banca tradicional goza de mayor confianza de los consumidores por lo que este año será decisivo para realizar profundos cambios que se alineen con las exigencias del mercado. Los principales bancos ya han anunciado que en menos de un año casi la mitad de sus operaciones serán digitales y se operarán a través de móvil. Por lo tanto, una de las principales tendencias este año será la colaboración entre bancos y startups que aceleren la transformación digital y, además, pongan freno al progreso de actores de mayor entidad como empresas tecnológicas que no sólo poseen la confianza de los consumidores sino también las soluciones más innovadoras. La competencia promete ser dura lo que supondrá un beneficio en las condiciones de los servicios ofertados a los usuarios.
Por otro lado son muchos los retos que se presentan y que deberán ser solventados con celeridad para que el modelo basado en las fintech se asiente definitivamente. En primer lugar han de ganarse la confianza de los consumidores que aún se muestran escépticos ante las nuevas tecnologías y la seguridad de sus finanzas. Es este último concepto, el de seguridad, el que inclina la balanza de algunos usuarios a la hora de no adentrarse en el entorno digital. Sin embargo serán la costumbre, comodidad y una regulación más exhaustiva las que finalmente den la victoria a las fintech. Lograr este equilibrio conlleva un segundo reto que es la inversión tecnológica que no sólo ocupa el ámbito de la ciberseguridad sino también estructural como la adopción de las conexiones más veloces a la red que garanticen un servicio óptimo y seguro. El impacto económico inicial supone un desembolso mínimo comparado con los beneficios que se obtendrán a medio y largo plazo.
El avance tecnológico y la digitalización son elementos clave para las fintech, pero no son conceptos aislados. Ya sea como tendencia o como reto, el servicio debe ser real y aplicable. En 2018 podremos observar un pequeño retroceso en cuanto a crecimiento para consolidar los productos más competitivos y amables con el usuario. La banca se transformará, las startups aumentarán las expectativas de los consumidores y las grandes tecnológicas tomarán un papel más relevante. Tecnologías como Blockchain deberán desplegar toda su efectividad lo que puede ser una noticia positiva para las criptodivisas que no terminan de asentarse. Todas las premisas que hemos desarrollado se orientan a un mismo resultado: las fintech consolidarán este año la transformación del sistema financiero para mejorar la experiencia de usuario.